Installation
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Libro e instalación fotográfica
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Pieza colectiva
Collage foto de archivo
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Pieza colectiva
Collage foto de archivo
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Una muerte muy festiva,
2016
En su libro “Camera Lucida”, Barthes encuentra una relación entre la imagen y el pasado o la muerte: el sujeto fotografiado va a morir, en la fotografía se lee una muerte futura. A través de esto llega a la conclusión de que cada fotografía contiene tras ella el signo de la muerte y de que en la esencia de la imagen fotográfica se encuentra implícito el mensaje: “esto ha sido”. La fascinación de Barthes por la imagen es la de un hombre que busca, al igual que Proust, recuperar una vida que se ha desvanecido.
Pero en segunda instancia, también comunica la muerte futura del espectador. Esto llevaría al observador a plantearse la pregunta: ¿porqué estoy yo vivo aquí y ahora?, que a su vez, lleva al pensamiento del día en el que uno mismo no estará. Por lo tanto, toda foto da lugar al pensamiento de la propia muerte futura.
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En su libro “The Benefactor, Susan Sontag examina como la fotografía se mueve entre la vida y la muerte. Escribe:
“Las fotografías convierten el presente en el pasado. Son un vehículo para la creación de mitos que reclaman la conciencia de la inmortalidad. La fotografía además convierte el mundo un un vasto cementerio. Los fotógrafos, conocedores de la belleza, son voluntaria o involuntariamente, los ángeles del registro de la muerte.”
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Tomar una imagen es relatar el sentido de lo que ya ha sido en el presente. Lo importante de una foto es que es el testimonio de lo que ha sido, de lo que aconteció, lo que una vez fue y ha quedado definido por el inexorable paso del tiempo. De este modo el tiempo se vuelve y deviene visible tras el acto fotográfico. Este acto es entonces un medio para conmemoración y recuerdo.
Una muerte muy festiva es un proyecto que trabaja los conceptos de muerte, documento, luz, anonimato y fantasmagoría y que entiende la máquina fotográfica como una máquina de archivos. Para trabajar con estas ideas me apropio una fotografía de un archivo formado por más de 2 millones de imágenes que pertenece a mi familia y que una vez mi abuelo compró en un mercadillo de segunda mano. Después de unos años la encontré entre cientos de fotografías amontonadas y me llevó a pensar en la magia que envuelve la presencia de una ausencia. La intervención en esta imagen tiene un tono alegre y festivo que corresponde a la actividad que se representa en ella: un pic-nic. En esta fotografía espectral emergen sensaciones extrañas de lo que en principio es normal.